los fines de semanas

Destino final: mi casaaaaaa

Ya he llegado, y mi opinión de Madrid es que la gente va demasiado revolucionada.

Ya he llegado; entre otras cosas cansado, estresado y con sueño. Como dijo Jack el Destripador, vamos por partes.
Llegué a Madrid el sábado por la tarde después de un largo viaje cansado en el coche con el tiempo suficiente para dar una vuelta por los sitios más frecuentados de Madrid, como la Gran Vía, la calle Preciados, etc.
Mi opinión es que es una ciudad que va a más revoluciones por minuto que las demás, si es que las personas van a 1000km/h.
Con lo que sí lo flipé fue con el metro, Madrid sin metro sería un caos, le da mil patadas al autobús.
El día siguiente fue bastante más coñazo porque me toco ir de museo, y cágate porque me tocó ir al Prado, los cuadros son bonitos pero te rayan al cabo de una hora que dices:
- Si ya no puedo más, ¿de verdad hay tantos cuadros en el mundo?
Después comí en un restaurante, que nos clavaron vivos, vaya estafón.
Luego de comer emprendimos el viaje de vuelta, y al llegar a Murcia y ordenar el equipaje, yo ya en pijama, llaman a mi timbre y resulta que eran la Marina, “MARÍA” (algo extraño) y Andrea, creo, y me dicen que baje, pero a ver, en que cabeza cabe el que crean que voy a bajar en pijama a verlas. Ni de coña. Eso es todo lo de este fin de semana.